“Queremos por este medio comunicar a nuestros fieles seguidores que llegó el momento de hacer una pausa, tomarnos un descanso, barajar y dar de nuevo”, así comienza el comunicado en la red social Instagram por medio del cual el grupo de artistas que hace más de 40 años construye no sólo un muñeco para quemar pasada la medianoche del 31 de diciembre sino verdaderas obras de arte e ingeniería. El comunicado continúa, “pero hace varios años sentimos que nuestro trabajo, ese que con tanta responsabilidad, amor y dedicación realizamos se ha visto maltratado, ninguneado” para agregar que más allá de todo lo que implicaba el trabajo de la confección de los muñecos en cuanto a costos, organización, tiempo, etcétera, “algo con lo que nunca pudimos -dicen- y por lo cual nos vimos desmotivados para realizar una nueva creación es nada más y nada menos que con nuestras autoridades municipales constantemente presentándose en una postura desinteresada, combativa, amenazante y negativa”. También los integrantes de Gaam Drako contaron la experiencia del último año cuando dijeron que, con el muñeco ya instalado y los shows anunciados listos para comenzar, agentes municipales se hicieron presentes labrando actas contravencionales. “Con toda la gente rodeándonos y en un clima entre festivo y tenso ahí estábamos nosotros tratando de hacerle ver a cada inspector en los últimos 6 años la buena voluntad que teníamos en no salirnos de las normas, pero mucho mejor sería que esas normas salieran de un proyecto consensuado y con el tiempo necesario para establecer convenios y llegar a acuerdos”. La repercusión en las redes La voz de los usuarios en redes sociales no tardó en hacerse oír, fueron muchos los que dejaron comentarios lamentando la decisión del grupo y dedicándole reproches al intendente Julio Garro. “Se está perdiendo lo único hermoso que esperamos todos los años…a dónde quieren llegar? Somos La ciudad de la quema de muñecos como tradición… Mi hijo espera todos los años para ir a verlos (con un grado de autismo) y lo hacía sonreír e imaginar cosas en su cabeza por unos minutos”, escribió un usuario. Otro usuario agregó: “No se qué le voy a decir a mi nene, tiene 7 años y TDAH, pasa 364 días esperando Año Nuevo sólo por verlos, lo desea más que Navidad, más que su propio cumpleaños. Una pena”. La pregunta que surge es si esta situación se repite en otras esquinas platenses, si otros muñequeros comparten en este momento la misma sensación de desazón que parece haberse apropiado de los vecinos de 13 y 72. Y si esto fuera así, ¿será acaso el comienzo del fin de una tradición que puso a la ciudad de La Plata en el concierto de festividades ligadas al fin de año? Por el momento, esta es la pregunta que se hacen los propios artistas, si La Plata va camino de dejar de ser la ciudad de los muñecos, aunque aseguran que “la llama seguirá encendida en los corazones de los que amen esto tanto como nosotros”.