Domingo 4 de Mayo de 2025

2 de noviembre de 2024

Divorcio con perspectiva de género: la Corte de Mendoza ordenó que un hombre compense con más de $4 millones a su exesposa

El máximo tribunal provincial confirmó la sentencia que exige al hombre el pago. Los jueces hablaron de una relación con un “estereotipo patriarcal”

>Lo esencial: La Suprema Corte de Justicia de Mendoza ratificó una sentencia que otorga una compensación económica de $4.826.000 a T.P.V., una mujer que experimentó un deterioro en su situación económica tras el divorcio con P.A.E. La decisión toma en cuenta los casi 20 años de relación, incluyendo 13 de convivencia y tres y medio de matrimonio.

La Suprema Corte de Justicia de Mendoza falló a favor de una compensación económica para T.P.V., una mujer que, tras 20 años de relación de pareja y un divorcio, experimentó un marcado desequilibrio económico. El tribunal confirmó la suma de $4.826.000 a favor de la demandante, destacando la necesidad de aplicar una perspectiva de género para evaluar el impacto de los roles domésticos no remunerados y de cuidado en la situación económica de los cónyuges tras la separación.

La Suprema Corte de Mendoza ratificó el fallo de primera instancia que otorgó la compensación económica en seis pagos de igual monto, valorando el impacto económico de los roles asumidos por la mujer, la duración de la relación y el crecimiento patrimonial de la pareja durante los años de convivencia y matrimonio. La decisión reconoció que estos factores generaron un desequilibrio patrimonial entre las partes que no debía ignorarse en la resolución de un divorcio.

La aplicación de la perspectiva de género fue un punto clave en la sentencia. En su resolución, la Corte remarcó que la compensación económica debía mitigar desigualdades estructurales que suelen afectar a mujeres en situaciones de divorcio, especialmente cuando asumen un rol no remunerado en el hogar. El tribunal subrayó que era importante evaluar el “trabajo invisible” realizado por la mujer y su impacto en el patrimonio y las oportunidades de cada parte tras el fin de la relación. Esta mirada fue consistente con los principios de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención de Belém do Pará, las cuales guían a los tribunales argentinos a adoptar una justicia inclusiva y equitativa.

Esta sentencia de la Suprema Corte de Mendoza reflejó la evolución en la interpretación de las leyes de familia en Argentina. Desde la reforma del Código Civil y Comercial de la Nación en 2015, se reconocieron los derechos de los cónyuges a recibir compensaciones en caso de desequilibrios económicos generados tras el fin de una relación de larga duración. Este tipo de fallos buscan equilibrar la situación patrimonial, especialmente en casos donde un cónyuge asumió labores no remuneradas que limitaron sus oportunidades de desarrollo.

La defensa de P.A.E. argumentó que la demanda de compensación era excesiva y que el desequilibrio económico era inexistente, ya que su expareja contaba con una carrera política y podía generar ingresos. Sin embargo, la Corte desestimó estos argumentos, destacando que la situación de desigualdad en la pareja no podía evaluarse únicamente en base a las oportunidades presentes de la actora, sino que debía considerarse el largo periodo en el que asumió roles tradicionales sin recibir compensación económica.

El fallo mencionó que P.A.E. acumuló bienes, incluyendo tres inmuebles y tres vehículos, todos a su nombre, lo cual representó una ventaja patrimonial significativa. En contraste, T.P.V. no adquirió ningún bien a su nombre y enfrentó una situación de precariedad económica. La compensación económica, por lo tanto, buscó reequilibrar esta situación y brindarle a la mujer un soporte que le permitiera continuar su vida sin caer en una desventaja patrimonial extrema.

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