En el peronismo platense comenzó a circular una versión que no sería casual ni improvisada: Carlos Bianco, actual ministro de Gobierno bonaerense y mano derecha de Axel Kicillof, podría encabezar la lista de diputados provinciales por la Octava sección electoral. Detrás de esa movida, discreta pero quirúrgica, aparece una mente estratega del “Turco” Julio Alak.

Alak habría encontrado en Bianco la pieza justa para resolver varios problemas al mismo tiempo. Por un lado, la falta de un candidato fuerte en el peronismo platense con proyección seccional. Por otro, la necesidad de capitalizar la alta imagen positiva que mantiene Kicillof en La Plata, y transferirla a un dirigente propio, con llegada directa al gobernador. Bianco, además de ser funcionario clave, representa el proyecto kicillofista sin necesidad de intermediarios.

De confirmarse, sería una jugada maestra de Alak: con un solo movimiento ordena el esquema, gana representación en la Legislatura, y sella la alianza con el gobernador. A su vez, se especula con que, si no prospera un acuerdo con La Cámpora, el primer concejal en la lista local sería Norberto “Chucho” Gómez, actual secretario general municipal y parte del riñón político del alakismo. Otra señal de que el armado platense ya tiene dueño.

En la vereda de enfrente, el camporismo local mira con preocupación. No sólo porque no tiene un candidato competitivo para pelear los primeros lugares, sino porque tampoco cuenta con una estructura sólida ni recursos garantizados. La falta de acuerdo con el esquema provincial los deja afuera del reparto, y sin el respaldo del armado nacional, los números se disparan: se habla incluso de que los costos de campaña se duplicaron.

La hipótesis cobra fuerza: Bianco como cabeza de lista sería la forma más efectiva de Kicillof de jugar en la Octava sin romper equilibrios, mientras Alak gana volumen propio y desplaza a los sectores sin estructura. Por lo bajo, algunos ya hablan de una fórmula silenciosa, pero letal: gestión, territorio… y decisión política.