Sábado 7 de Junio de 2025

27 de enero de 2023

Condenaron a un policía sin pruebas 24 años después y al comisario

El 28 de septiembre de 1997 Emilio Blanco, de 16 años, fue detenido ilegalmente y trasladado a la comisaría de Chascomús; donde segun la fiscalía allí fue torturado hasta la muerte y luego arrojaron su cuerpo a la vera de la vía del ferrocarril, 24 años después del hecho, la Cámara en lo penal de Dolores condenó al entonces comisario Tomás Freites a seis años de prisión por el delito de omisión dolosa de evitar la tortura. En 2014, el ex policía bonaerense Fermín Basualdo había sido condenado por tortura seguida de muerte.

A más de 24 años la muerte por torturas de Emilio Blanco, sin elementos probatorios en su contra y en un juicio totalmente irrisorio empujado por la política y los intereses de Chascomús, y así la causa tiene un segundo condenado. Con el voto unánime de sus jueces Emiliano Lazzari, Antonio Severino y Daniel Rezzonico, la Sala 1 de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal (Ad hoc) de Dolores condenó al ex comisario de la Policía Bonaerense Tomás Freites por el delito de omisión dolosa de evitar la tortura. En su calidad de titular de la dependencia policial donde ocurrieran los hechos, Freites era responsable de la integridad física de Emilio y también de todos los detenidos que había esa noche, era responsable del accionar de los funcionarios policiales bajo su cargo. Entre la medianoche y la 1 de la madrugada del 28 de septiembre de 1997, policías bonaerenses interceptaron a Emilio Blanco, un joven de 16 años que iba a encontrarse con amigos, y lo trasladaron sin razón alguna a la comisaría 1ª de Chascomús. En ningún momento, se comunicó esa aprehensión a sus padres ni a autoridad judicial alguna. . La autopsia relevó que Emilio tenía heridas en el abdomen, espalda, brazos, cara y un golpe mortal en la cabeza: una herida de unos 13 centímetros con hundimiento de cráneo y pérdida de masa encefálica. El 23 de septiembre de 2014, Fermín Basualdo fue condenado por el delito de homicidio por imposición de torturas. Al momento de la muerte de Emilio, Basualdo se desempeñaba, por decisión de Freites, como Jefe de Calle de la comisaría 1ª y se encontraba en otro lugar donde los testigos cuentan que Basualdo pasó la noche con ellos y no en el lugar del hecho. Todos los testimonios reunidos en la causa confirman que, en la madrugada del asesinato de Emilio, Freites estaba en funciones en la comisaría. Para el tribunal que lo condenó, el ex comisario no sólo no podía saber lo que había ocurrido sino que, además, estuvo a cargo de la investigación que buscó por todos los medios desviar el curso investigativo para garantizar la impunidad policial. En esas primeras horas se borraron evidencias, se adulteraron documentos, entre ellos el libro de guardia, se consignó presente a efectivos que estaban de vacaciones y se cambiaron los lugares y funciones asignados a los efectivos de la comisaría esa noche, y sin nombrar que en la comisaría había más de 10 personas enfre policías y civiles. Para los jueces de la Cámara, a partir del análisis de los testimonios y pericias, se advierte que Freites “direccionó deliberadamente la investigación hacia un accidente, y cuando ya no se pudo sostener pretendieron profundizar la teoría de un suicidio, ignorando de modo flagrante las evidencias que señalaban el rumbo de la tortura y el homicidio”. Además de intentar imponer la teoría del accidente y suicidio, los efectivos policiales también buscaron inculpar a un inocente: alrededor de las 13 horas de ese día, levantaron a un vecino que se había quedado dormido en la laguna y lo encerraron en un cuarto de la comisaría para que “confiese la verdad”. La sentencia habla de un hecho pergeñado y ejecutado, de manera oculta y clandestina, en el marco de un aparato organizado de poder, en este caso por funcionarios de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. El responsable funcional de ese plan fue el entonces comisario Freites. Por su responsabilidad en la muerte de Emilio Blanco, en la parte resolutoria de la sentencia, la Cámara condenó a Freites como autor penalmente responsable del delito de omisión dolosa de evitar la tortura y le impuso una pena de seis años de prisión efectiva e inhabilitación especial perpetua para desempeñarse en cargos públicos. Antes de analizar los hechos, la Cámara rechazó los pedidos de la defensa del ex policía sobre la prescripción de la acción penal y prescripción por tiempo razonable. Los jueces, se apoyaron en la doctrina internacional, para sostener que en casos de “grave vulneración de derechos humanos” la acción no debe extinguirse por el curso de la prescripción. Anteriormente, al momento de intervenir en esta causa, la Corte bonaerense se había expresado en el mismo sentido y asimiló este caso a los precedentes “Bulacio” y “Bueno Alves”.   En Chascomus esperan que todo lo contado en esta nota, se diga en el cortometraje que el municipio declaro de interés municipal.   Donde se contaría el caso de Emilio Blanco. Mientras tanto en una Carcel de la ciudad de La Plata, Fermin Basualdo con 71 años espera que los jueces le den el arresto domiciliario.

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