En el día de la fecha la “Comisión por la libertad y absolución de Lucas Manuel Puig”, las “Familias autoconvocadas del Jardín San Benjamín”, agrupaciones, gremios y diversas comunidades educativas, volvemos a presentarnos ante estos Tribunales de Casación Penal, para expresar la urgente necesidad de que se resuelva la causa que tiene a Lucas Manuel Puig injustamente condenado y privado de su libertad. A cinco meses y medio de un fallo injusto por parcial e inconsistente, que además aplicó una pena desmesurada, sostenemos que es tiempo de que Lucas vuelva a los brazos de su familia, lugar del que nunca debió ser separado. Por ello, solicitamos a los Jueces intervinientes en esta instancia, la inminente realización de la audiencia que les permitirá saber quién es Lucas, persona de carne y hueso a quien todos conocemos y respetamos; escuchar su voz, para de ese modo, correr de una vez y para siempre el velo que ha ocultado la verdad. Es hora de que la verdad salga ala luz. Y hablamos de su hombría de bien, de su honorabilidad, de su dignidad personal y profesional. Hablamos de su inocencia. El próximo 21 de marzo se cumplen 13 años de esta persecución surgida a partir de una construcción, que por imaginada no deja de ser siniestra. Entonces nos preguntamos: ¿Cuánto más hay que esperar para poner fina semejante ultraje? Como miembros de una sociedad democrática, no podemos avalar que el sistema de justicia naturalice las representaciones malintencionadas que ven en la institución escolar la “parte maldita” de la experiencia social (Rifiotis 1997) y mucho menos, el uso de la figura del docente como el chivo expiatorio del “malestar en la cultura” (Sobre el concepto ver: Freud (1976), Marcuse (1971), Horkheimer y Adorno (1994), Lacan (1988). Y he aquí, otra pregunta solidaria con la anterior: ¿Cuáles son las construcciones que han operado para que la escuela, pensada como la prolongación de la socialización de los hogares, pase a ser el espacio social sospechado por su potencial peligrosidad? No nos toca aquí y ahora ofrecer la respuesta a estas discusiones. Sabemos, que desde hace tiempo, existe una producción de sentidos que opera sistemáticamente en la demonización de la institución escolar y de las prácticas de los y las docentes. Por la desnaturalización de esa construcción ficticia, por Lucas Manuel Puig, por sus compañeras y compañeros, y por todos los docentes involucrados en falsas denuncias, pedimos que sea justicia. “Se sabe, se siente: ¡Lucas, inocente!”. Comisión por la libertad y absolución de Lucas Manuel Puig. Familias autoconvocadas del Jardín San Benjamín.