16 de julio de 2025
Condenaron a 4 años de prisión al hombre que intentó robar la camioneta del ministro Horacio Rosatti frente al Palacio de Tribunales

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2, integrado unipersonalmente por el juez Néstor Costabel, le impuso esa pena a Damián Berruet, de 46 años. Los fundamentos de la sentencia se conocerán el próximo 6 de agosto de 2025.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 condenó hoy a 4 años de prisión al hombre que en mayo de 2024 intentó robar la camioneta de la Corte Suprema de Justicia de la Nación asignada al ministro Horacio Rosatti, cuando estaba estacionada frente al Palacio de Tribunales. En el debate intervinieron el titular de la Fiscalía General N°1 ante los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de la Capital Federal, Diego Luciani, junto a la auxiliar fiscal María de las Mercedes Galli.
El juez Néstor Costabel -quien integró el tribunal de manera unipersonal-, consideró a Damián Berruet, de 46 años y oriundo de la provincia de Córdoba, autor del delito de “robo en grado de tentativa doblemente agravado por haber hecho uso de un instrumento similar a una ganzúa y por tratarse de un vehículo que se encontraba en la vía pública”. Además, mantuvo la declaración de reincidencia oportunamente dictada y ordenó el decomiso de los bienes oportunamente secuestrados.
El tribunal anunció que los fundamentos de la sentencia se conocerán el próximo 6 de agosto, a las 12.30.
El juicio
El debate oral y público que tuvo a Berruet como imputado comenzó el 23 de junio último y, el jueves pasado pasado, el fiscal Luciani y la auxiliar fiscal Galli efectuaron su alegato.
Allí, los representantes del Ministerio Público Fiscal solicitaron que Berruet fuera condenado a la pena de 5 años de prisión, como autor del delito por el que hoy fue condenado y aseguraron que no tenían “ninguna duda” de que el episodio fue uno de los “tantos hostigamientos y presiones que tuvo que tolerar el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.
Luciani sostuvo que el hecho se dio “en un momento en el que el poder político del Gobierno anterior hostigaba sistemáticamente a jueces y fiscales honestos e íntegros que llevaban adelante causas de gran corrupción y que cumplían con su función constitucional”.
El fiscal general afirmó que el imputado quiso “hacer creer que desconocía que esa camioneta era la que tenía asignada el doctor Rosatti”, pero explicó que en las imágenes queda claro que Berruet “fue directamente al objetivo”.
Así, concluyó que el hecho imputado “no puede ni debe ser examinado como un suceso aislado y circunstancial, sino como una continuación de estos actos detestables que atentan contra la democracia, contra la división de poderes, y que tienden -ni más ni menos- que a amedrentar, desestabilizar y presionar al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.
La auxiliar fiscal Galli fue la encargada de describir los registros fílmicos clave que daban cuenta del recorrido efectuado por Berruet hasta llegar al sector de estacionamiento reservado para los vehículos de la Corte Suprema.
Destacó que el imputado no portaba ningún teléfono celular ni documentación personal y recordó que se le secuestró un destornillador de 30 centímetros, una llave Allen con una de sus puntas afilada y una radio tipo handy, que había sido modificada técnicamente para transmitir en dos frecuencias y funcionar como inhibidor de la señal de las llaves de los vehículos.
Al solicitar la pena, Luciani destacó que Berruet contaba con un frondoso prontuario de delitos contra la propiedad, que había sido condenado en, al menos, cinco oportunidades.
Tras un cuarto intermedio, el debate se reanudó hoy por la mañana, con el alegato de la defensa de Berruet. Ensu exposición, el abogado Alejandro Palladino no cuestionó ni la materialidad del hecho y ni la calificación penal atribuida por la acusación, pero sí el monto de la pena requerida por la fiscalía.
El abogado sostuvo que debía considerarse la situación personal del imputado, que en ese momento estaba prófugo de la justicia por una denuncia de tentativa de homicidio contra su expareja, y cuestionó la hipótesis del Ministerio Público Fiscal al afirmar que se trató de “un delito absolutamente básico y común”.
Las últimas palabras
Posteriormente, fue el turno de Berruet quien brindó sus últimas palabras antes del veredicto. Así, el acusado sostuvo que “no fue un hecho premeditado”, ni “un atentado, complot o algo direccionado” y que eligió la camioneta blanca asignada a Rosatti solo “porque estaba tapada por la negra” y ello le permitía hacer la maniobra para abrirla, lo que tampoco pudo hacer. Por último, sostuvo que, desde su punto de vista, se trató de “una tentativa de hurto” porque no forzó la cerradura, ni pudo disponer de la camioneta, como tampoco uso violencia sobre las personas.
Tras escuchar a Berruet, el juez Costabel dispuso un cuarto intermedio hasta las 12.30, cuando se dio a conocer la condena del hombre a la pena de 4 años de prisión, accesorias legales y al pago de las costas del proceso.
El condenado Damián Berruet durante sus últimas palabras antes de conocerse su condena a 4 años de prisión. Foto: captura de Zoom
El caso
El 30 de mayo de 2024, alrededor de las 13.40, Berruet intentó apropiarse de una camioneta Toyota Hilux SW4 blanca, que se encontraba estacionada sobre la calle Uruguay al 500, en uno de los laterales del Palacio de Tribunales. La secuencia fue advertida por un suboficial auxiliar de la División Corte Suprema de Justicia de la Nación de la Policía Federal Argentina (PFA), que custodiaba los espacios de estacionamiento asignados al máximo tribunal y vio que el hombre efectuaba maniobras sospechosas sobre el vehículo de la Corte Suprema asignado al ministro Rosatti.
El efectivo se acercó a Berruet y vio que, en sus manos, portaba un elemento punzante con el que intentaba forzar la cerradura. Cuando intentó reducirlo e identificarlo, el imputado lo amenazó con el objeto que portaba y se dio a la fuga por la calle Uruguay, hasta que finalmente fue detenido por dos efectivos ciclista de la Comisaría Vecinal 1B de la de la Policía de la Ciudad, en la esquina de Lavalle y Paraná.
Al ser apresado, el imputado dio una identidad falsa y se le incautó un equipo de comunicación tipo handy -adaptado para funcionar como inhibidor de señal-, un destornillador de aproximadamente 30 centímetros y una llave tipo Allen con uno de sus extremos limados en forma de punta. Luego se constató la verdadera identidad del hombre, quien contaba con antecedentes por delitos contra la propiedad y resistencia a la autoridad, al tiempo que cursa un proceso por tentativa de homicidio contra una expareja.
En la investigación, desarrollada por la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°5, a cargo de Franco Picardi, se estableció que el imputado -oriundo de la provincia de Córdoba- se alojaba junto a un grupo de entre ocho y doce personas en tres habitaciones del Hotel Nuevo Camino, ubicado en la calle Bartolomé Mitre al 1900, en el barrio de Congreso. Según la hipótesis inicial asentada en el requerimiento de elevación a juicio, el grupo permanecía allí dos días por semana y se dedicaba a cometer “robos y hurtos sin mucha complejidad” en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.